9.09.2007

y las cárceles vuelan


Desearnos en el otro
levemente imprescindibles.
Reconstruir
(adoro esa palabra)
olores o sonidos,
nunca imágenes.
Estas son la prolongación
menos sensitiva
del cuerpo,
por lo menos del mío
Y así volver a andar
un poco más tranquilo,
hacerle pito catalán
a la muerte.

Desearnos en el otro
levemente imprescindibles.
Ensayar la sonrisa
negando la distancia,
mientras ocupamos las manos
y el amor
en la grave tarea
de cambiar la yerba
al mate.


Reynaldo Sietecase

1 comentario:

Moira dijo...

el deseo es vida, es lo que a uno lo hace querer vivir. si no deseás, la vida pierde el sentido, sólo queda la muerte.